Europa marca la senda de innovación

Entre los cinco países que lideran el índice mundial de innovación, tres pertenecen a ese continente. El financiamiento y el interés público y privado han sido la clave para lograrlo. En contraste, las economías emergentes aún tienen mucho por hacer.

¿Imagina que su próximo empleo todavía no esté ni en la mente del más genio del mundo? Un informe de Dell apunta a que el 85% de las profesiones que estarán disponibles en el planeta para 2030 no existen en este momento. Sin dudas, este es un desafío para el que Europa y América del Norte se están preparando a través de un modelo basado en innovación, mientras regiones como Latinoamérica aún tienen varios pendientes.

¿Quiénes hacen mejor la tarea? El Índice Mundial de Innovación, una publicación que desde hace más de una década difunde la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ompi), asegura que en 2021 los países líderes en la materia fueron Suiza, Suecia, Estados Unidos, Reino Unido y República de Corea, en su orden.

Ante los resultados, Daren Tang, director general de la Ompi, no dudó en decir que, a pesar del impacto de la pandemia, “muchos sectores han demostrado una resiliencia notable, especialmente los que han apostado por la digitalización, la tecnología y la innovación”.

La apuesta es más marcada en los cinco países líderes, pues completan ya tres años consecutivos en la parte más alta del índice. Y la razón es sencilla: aquellos territorios que más invierten en investigación y desarrollo están movilizando cada vez más recursos, mientras las empresas líderes en la materia siguen recibiendo abundante financiamiento público y privado.

Buscando cerrar esa brecha, más atrás vienen los países de ingresos medianos. Dejando un espacio para la innovación en medio de sus múltiples retos, China, Bulgaria, Malasia, Turquía o Tailandia están apostando con fuerza al desarrollo de servicios tecnológicamente dinámicos y comercializables a nivel internacional; así se han hecho a un lugar en el top 45 del índice.

Entonces las cifras empiezan a confirmar algo: Europa y Norte América ya están en “grandes ligas” de innovación; Asia está creciendo a medida que su economía y población también lo hace, y la pregunta es: ¿qué hay de Latinoamérica?

Según el estudio, solo Chile, México, Costa Rica y Brasil se sitúan entre los 60 primeros puestos. No obstante, a “excepción de México, pocas economías de esta región han conseguido ascender sistemáticamente en su clasificación en los últimos diez años”.

Colombia, particularmente, aparece quinta en la región, mientras que en el mundo ocupa la casilla 67, y aunque ha mejorado su ecosistema innovador, no lo ha hecho a un ritmo constante. En consecuencia, ¿cuál es la ruta por seguir? A continuación, los perfiles de los países más innovadores del mundo

Suiza

Las patentes y la propiedad intelectual le dan el liderazgo. Ser evaluado dentro de un bloque de 132 países y quedar como el mejor no es una tarea fácil, máxime cuando es una medición sobre innovación. Pues bien, Suiza lo ha logrado por once años consecutivos y se consolida como la nación más innovadora del planeta.

¿Cómo lo hizo? Según el Índice Mundial de Innovación, ese país cuenta con un gran impulso en patentes e ingresos de propiedad intelectual. Suiza supera, incluso, a las 51 economías de ingresos altos del planeta y entre sus fortalezas está uno de los gastos en software más altos como porcentaje del producto interno bruto (PIB).

Además, ese país ha abonado el camino en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para empujar su aparato productivo, mientras que la creación de conocimiento, la sostenibilidad ecológica y la efectividad del Gobierno también han sido determinantes.

Desde luego, tiene retos para ser todavía más innovadora; ellos pasan por ser más abierta y obtener mayor inversión extranjera directa, lograr que el comercio de bienes de alta tecnología tenga un mayor peso en su economía y facilitar las condiciones para hacer negocios.

Un punto interesante es que el índice presenta ciertas previsiones sobre cada país y Suiza está prácticamente delante de todas. “En relación con el PIB, el desempeño de Suiza está por encima de las expectativas para su nivel de desarrollo”, se lee en uno de los apartados.

Todo esto ha llevado a que este territorio tenga uno de los PIB per cápita más altos del mundo, pues, según los datos más recientes del Banco Mundial, la cifra ronda los 86.601 dólares.

 

Suecia

El conocimiento y sus sólidas instituciones la ponen como ejemplo. Los países nórdicos son afamados en el mundo por su buena calidad de vida y sus modelos de desarrollo que permiten reducir la desigualdad. Suecia es ejemplo de ello y una de sus fuertes apuestas es crear un ambiente para los negocios propicio para que las empresas se atrevan a inventar y llevar nuevos desarrollos al mercado.

El país, famoso por su poderosa industria, sus bosques boreales o sus tradicionales albóndigas, también quiere posicionarse como un centro de innovación global y, de hecho, completa dos años en el segundo lugar del índice mundial, al que escaló después de ser tercero en 2019.

Suecia aparece muy bien posicionado en cuanto a generación de empleos que requieren altos conocimientos, empresas que ofrecen formación y, además, cuenta con instituciones sólidas, razón por la cual posee una alta calificación en ítems como “Estado de Derecho” o facilidad para hacer un negocio.

Al igual que el líder del índice, Suiza, a Suecia le va bien en el registro de patentes y sus empresas le apuestan a un modelo de crecimiento conjunto, más que a uno de competencia voraz, pues las alianzas estratégicas son también uno de sus puntos mejor valorados.

En general, la tierra del famoso futbolista Zlatan Ibrahimovic posee un ecosistema idóneo para crear conocimiento y las bases de ello están en una alta inversión en investigación y desarrollo y uno de los índices de alfabetización más altos del mundo.

Todo esto ha derivado en que, por ejemplo, ese país sea el lugar de nacimiento de grandes multinacionales, como Ikea, Volvo, AstraZeneca, H&M o Spotify, que se han apalancado en los procesos de innovación para llegar hasta los rincones más sorprendentes del planeta.

Estados Unidos

Inversionistas corporativos le dan la delantera en el continente. Estados Unidos tiene una estrategia clara: es mejor elaborar productos propios a base de innovación que importarlos. Con esta premisa, la primera potencia económica del mundo figura tercera en el Índice Mundial de Innovación.

Particularmente, el país que lidera Joe Biden marca la diferencia en los pilares de capital humano e investigación, infraestructura, Sofisticación de negocios, productos de conocimiento y tecnología y salidas creativas.

Como es de prever, los puntos más altos de Estados Unidos están en la recepción de inversionistas corporativos globales, quienes inyectan importantes montos de dinero para apalancar la industria. Todo esto va acompañado de facilidad para acceder al crédito, llegada de capital de riesgo y gasto en software.

A “consecuencia” de la abundante liquidez, este país se ha vuelto potencia en el número de patentes, recibos de propiedad intelectual y un importante aporte al conocimiento, pues es líder en el índice de documentos citables.

Mirándolo a gran escala, este ecosistema ha impulsado que EE. UU. posea buena parte de las empresas más valiosas del planeta, las cuales operan en su mayoría en la industria tecnológica.

De hecho, a mediados de junio, la firma Companies Marketcap reportó que Apple alcanzó una capitalización de mercado de 2,40 billones de dólares, lo que le devolvió el trono de la firma más valiosa del planeta.

Pero ese no fue el único aporte de esa potencia norteamericana, pues en el tercer puesto aparece Microsoft y a esta le siguen Alphabet (matriz de Google) y Amazon, del multimillonario Jeff Bezos.

Pese a todo esto, el país no ha podido desbancar en el trono de innovación a Suiza. ¿Por qué? Aún le falta aplicar una menor tasa arancelaria a las importaciones —claves para la industria—, tener más científicos e ingenieros y subir la proporción de alumnos y profesores en la secundaria, entre otros aspectos.

Reino Unido

Su nivel educativo superior es fuerte y con ello hace la diferencia. Aunque en menor volumen, el Reino Unido también es la casa de importantes compañías, como Hsbc o Unilever, y su ecosistema innovador se ve favorecido por las buenas condiciones económicas que permiten a empresas de cualquier tamaño acceder fácilmente a recursos para optimizar sus procesos.

En el Índice Mundial de Innovación este territorio aparece cuarto, un lugar que tradicionalmente ha ocupado durante los últimos años, y, más allá de la inversión y las posibilidades de negociar, su sistema educativo es fuerte, principalmente en el nivel superior.

Cambridge y Oxford son descritos en el índice como dos de los “polos con mayor intensidad científica y tecnológica” en el planeta, en tanto han sido focos de investigación, descubrimientos, desarrollos y patentes.

Además, es interesante que allí la innovación no solo se refiere a ciencia y tecnología, pues su comercio está haciendo la tarea en diversificar, es decir, vender y comprar productos diferentes a materias primas como el petróleo.

Así, las exportaciones de servicios culturales y creativos y su peso sobre el intercambio de bienes total, al igual que la diversificación de la industria nacional, también hacen del Reino Unido uno de los más innovadores del planeta.

En otros aspectos, resalta el acceso a las TIC, la variedad de servicios en línea que se ofrecen, principalmente por parte del gobierno, y la generación de conocimiento.

No obstante, la productividad laboral, el talento investigador y la proporción entre estudiantes y profesores son algunos pendientes para dar un paso adelante y alcanzar los indicadores de Suiza o Suecia, líderes en la materia.

De acuerdo con el Banco Mundial, Reino Unido aumentó progresivamente su inversión en investigación y desarrollo en los últimos años, hasta alcanzar un histórico 1,7% del PIB en 2018.

Corea

El valor agregado como dinamizador de la economía nacional. Tal vez en el imaginario, uno de los países que más rápido se asocia con “innovación” o con “tecnología” es la República de Corea, que comúnmente se conoce como Corea del Sur. Solo para este año, allí definieron recursos por 20.800 millones de dólares para investigación y desarrollo, se analiza la posibilidad de alcanzar la conectividad en 5G y cómo se utilizará  la digitalización para ayudar a reducir la huella de carbono.

Pues bien, todo esto ha derivado en que el país ocupe el quinto puesto en el Índice Mundial de Innovación y sea el líder en Asia, por encima de la superpotencia China. “La República de Corea logró un ascenso notable en los resultados de innovación, en especial en los indicadores de Marcas, Valor global de las marcas y Exportación de servicios culturales y creativos”, se lee en el reporte.

El país tiene uno de los talentos para investigación más importantes del mundo y a eso se suman importantes inversiones como la mencionada al principio, un coctel que deriva en una de las industrias más innovadoras del planeta.

La República de Corea ofrece desde la facilidad para negociar hasta algunas de las manos de obra más capacitadas del planeta y esto se refleja en que sus exportaciones de alta tecnología pesen alrededor de 36% sobre el total de despachos de bienes manufacturados, uno de los niveles más altos en el mundo.

De esta forma la República de Corea es una de las economías más sólidas no solo para el presente, sino también para el futuro, abasteciendo al mundo a través de Hyundai,  Kia, Samsung, Daewoo y otras reconocidas marcas.

El valor agregado de sus productos es otro punto a favor que dinamiza la economía, uno que, en cambio, en otros países aún es todo un reto.